Hay dos centros de interés que presiden la vida (profesional) del actor de doblaje: El dominio de la sincronía labial y la verdad en sus interpretaciones.

La verdad para el actor de doblaje es una quintaesencia que aparece en su voz cuando se deja penetrar por las intenciones y las emociones del personaje. Cuánto más profunda y sutil sea la escucha, más riqueza, más alma en el matiz.

La conquista de una sincronía fácil, precisa y constante es el arte de mantener una atención radical durante la realización del take, es decir, una atención voluntariamente amplia, periférica y sostenida. He ahí lo que permite al actor cabalgar del papel a la imagen con soltura, rapidez y precisión. La única manera de detectar al mismo tiempo pausas, ritmos y emociones; y de decir con verdad la interpretación del actor original.

Es este un proceso que puede concretarse en el actor en segundos o durar, meses, años o no hacerlo nunca. En nuestra profesión, como en la vida, cada uno tiene sus tiempos y sus ritmos de aprendizaje.

Texto footer: La sincronía necesita una atención amplia, periférica y sostenida. La verdad en las interpretaciones, una escucha sutil y profunda. Cuando más profunda, más alma en el matiz.